miércoles, 17 de febrero de 2010

Capitulo 3

Doble despertar doloroso y una extraña luz que brilla.

POV Austin

Un tremendo olor a plantas húmedas y un resplandeciente rayo de sol en mi rostro me despertaron. Abrí los ojos con dificultad, pero los cerré al instante. El tremendo dolor de cabeza que tenía no me dejaba ni abrir los ojos, era como si me hubiesen golpeado fuertemente con un bate de beisbol. Lentamente, alcé mi mano y me palpé la cabeza. Sangraba. Me incorporé con dificultad sin abrir los ojos, metí la cabeza entre las piernas y respiré hondo. Abrí los ojos. Tierra.Eso fue lo primero que vi, tierra. Miré hacía arriba, estaba rodeado de todo tipo de árboles exóticos.

Lo del accidente realmente había ocurrido. Recordaba poco de él. Me levanté con dificultad. Con un rápido chequeo médico, comprobé que quitando la herida de la cabeza, estaba ileso con algunos moratones.

Podía considerarme un tío con suerte. De pronto recordé que había mucha más gente que a lo mejor no habría tenido la misma suerte que yo.

-¿Hay alguien?-grité-¡Hola..!

(*************)

Estuve paseando por aquella singular selva varias horas gritando a pleno pulmón ,y para mi desgracia sin encontrar ni una sola alma humana.

Algo se movió en un arbusto cercano. Asustado, mi respiración se aceleró mientras me acercaba a él. Antes de que llegara a tocar el matorral, un pequeño conejo,salió corriendo. Me alivié bastante, pero otra parte de mi se extraño de que hubiese un conejo en una selva tropical.

Aparte el matorral para seguir con mi búsqueda. La sonrisa de seguridad que había conseguido instantes antes se desvaneció por completo.

-¡¡Jaquelline!!

Se hallaba tumbada sobre una rama caída. Inconsciente. Sangrando, todavía llevaba la mochila enganchada a la mano.

Corrí hacia ella. La palpe suavemente la cara. Puse mi mano sobre su corazón, todavía palpitante. Respiraba débilmente.

La levante en mis brazos y la coloqué en el suelo. Me quité el chaquetón para colocarlo como almohada, lo cual me despejo la mente puesto que hacía mucho calor.

Busqué algo útil en su mochila. Unas cartas, un pañuelo, kleenex, crema solar, un paraguas de bolsillo, cacao, una bolsita llena de recuerdos de "I love NY",una cajita de costura de bolsillo, un abanico y una reluciente botella de agua.

Saqué los dos últimos objetos con avidez. Bebí un solo trago de agua para hidratarme,y saqué mi navaja de bolsillo del pantalón.

Me quité una segunda chaqueta y empecé a rasgarla a tiras con la navaja. Cuando ya tuve varias, las empapé de agua. Jaquelline sudaba muchísimo, así que con cuidado, le despojé de el abrigo y la sudadera que horas antes la abrigaban y ahora la atosigaban, dejándola en manga corta.

Con cuidado, le aparte algunos mechones de su pelo ondulado de la cara.

A pesar de la situación no pude evitar confirmarme para mis adentros lo que había estado observando en el avión, era guapa.

Me eché agua sobre las manos y se la extendí suavemente por la cara. Con las tiras empapadas, le vende algunos cortes que tenía alrededor del cuerpo, y con el abanicó la aireé frescamente.

Estuve así una media hora; hasta que Jaquelline, no sin un quejido de dolor, abrió los ojos.

-Hola preciosa-susurré lo más tranquilamente posible.

Ella giró lentamente su cabeza y me sonrió, para luego llevarse rápidamente la mano a la cabeza, justo como había echo yo hacía ya varias horas.

-Hey,hey, tranquila...-dije mientras la ayudaba a levantarse-...te has dado un buen golpe, pero por el resto estas entera.

Ya de pié me aparté un poco para que tuviera su espacio.

Se observo con rapidez todo su cuerpo, y luego soltó un suspiro de alivio.

-Te he vendado algunos cortes que tenías para que no se infectaran...-le informé,pero antes de que terminara se desplomo al suelo y cayó sentada.

Rápidamenternme aproximé a ella. La miré con preocupación.

-El tobillo-fue lo único que dijo.

Me senté junto a ella, y entre los dos le quitamos el zapato derecho con sumo cuidado.

Tenía todo el tobillo morado. Pudimos comprobar que no estaba roto, pero seguramente en la caída contra aquellos árboles que le habían salvado la vida, se había dado un fuerte golpe con alguna rama.

-Supongo,que he tenido suerte-musitó.

-Si,la verdad es que sí-sonreí. Un fuerte dolor de cabeza me hizo convertir aquella sonrisa en una mueca. Inconscientemente me lleve ambas manos a la cabeza.Seguía sangrando levemente.

-Austin...¿Estás bien?-preguntó Jackie preocupada, todavía a mi vera.

No llegué a responderle caí al suelo sin conciencia, escuchando , como última voz,a Jackie, gritando, por primera vez.

-¡¡Austin!!!

(**************)

Todo estaba oscuro. ¿Dónde estaré? pensé para mis adentros, aquello no parecía el lugar donde nos habíamos estrellado,aunque pensándolo bien ¿dónde nos habíamos estrellado?.

Mis dudas se olvidaron cuando una resplandeciente luz blanca me cegó por completo.

Era hermosa. Anduve hacia ella sin dificultad. De repente comprendí lo que aquella luz significaba.

Yo no quería morir. Nervioso, vi que la luz se me aproximaba lentamente.Desesperado, busque ayuda. Nadie. La luz casi me rozaba. Aquello era el final.Me preparé para ello. Sin previo aviso, una mano me agarró y me sacó de aquel túnel.

Iba a vivir

(******************)

Me desperté, por segunda vez aquel día, con un fuerte dolor de cabeza. Me levanté con cuidado, seguía en el mismo sitio que antes ,pero había empezado a anochecer.

Miré alrededor, en busca de alguna diferencia, una fogata reposaba, llameante, a mi lado ¿Quien la habría hecho? Entonces caí en la cuenta de que las única personas allí presentes éramos Jackie y yo. La busqué con la mirada. No se encontraba allí.

Escuché unos ruidos tras los matorrales, y antes de preguntarme algo más a mi mismo,Jaquelline apareció por ellos, cargando varios trozos de madera a la pata coja.

-¡Hola!¿Como te encuentras?-dijo un tanto preocupada-Te desmayaste, estabas muy mal, no parabas de moverte, asi que cuando paraste de hacerlo, aproveché para vendarte la cabeza. Tienes un buen golpe. Pero creo que ya no te sangrará más, en unos días se te cerrará la herida un médico te la mirará cuando seamos encontrados.

-Gracias-le sonreí mientras me palpalba la cabeza.

-He utilizado las tiras de chaqueta que te sobraron al vendarme, te la pagaré cuando nos rescaten-añadió sonriente.

Su sonrisa fue correspondida.

-¿Crees que habrá más supervivientes?

-Por su puesto, y mañana iremos a buscarlos y nos rescataran-musité justo antes de tumbarme. Jaquelline, ya yacía ,en una improvisada cama de tierra con su mochila como almohada.

-Buenas noches.

-Buenas noches.

La verdad es que no entiendo por que, después de haber dormido ese mismo día ya,varias horas, pudé caer rendido en ese mismo instante.

(*******************)

A la mañana siguiente, de madrugada, apagamos el fuego y cargamos la mochila de frutas tropicales que nos encontrábamos por el camino, Jaquelline, casi no cojeaba, así que, en principio todo iba viento en popa.

Caminamos sin rumbo una hora, quizás dos, hasta que llegamos al lomo de una montaña de mediano tamaño, bastante horizontal, fácil de subir.

-Creo que lo mejor será que subamos a la montaña. Desde allí veremos a donde nos debemos dirigir, puesto que seguramente habrá una columna de humo procedente del avión.

Ella asintió. Algo cansada, por el tobillo, así que cogió una rama cercana, que se hallaba en el suelo, y la utilizó como bastón.

-Comencemos.

Tardamos alrededor de otra hora en subir, nos fue fácil hacerlo, por que la ilusión de ser rescatado era muy fuerte.

Cuando llegamos a la cima, ninguno habló. Ninguno había pensado que estábamos en una isla desierta, yo, personalmente, creía que estábamos en algún país tropical,en una zona selvática. Jamás habría pensado en una isla , y si lo hubiera hecho, por lo menos que tuvieran habitantes, pero aquella parecía estar totalmente desierta.

1 comentario: